¿Cómo manejar con empatía las costumbres y creencias de los que trabajan y conviven diariamente con nosotros?
Diversidad generacional: construir a partir de las diferencias
¿Quién no sueña con encontrar más puntos de convergencia y menos de divergencia en el trato personal o en el ambiente organizacional?
Entender las diferencias entre las generaciones, el contexto de cada una de ellas, sus creencias, valores así como el impacto cultural y tecnológico de cada época, son el punto de partida para relacionarnos asertivamente unos con otros. Comprender las costumbres de los que trabajan y conviven diariamente con nosotros, conlleva a dejar a un lado los prejuicios, los sesgos cognitivos o la tendencia a juzgar y a generalizar.
Me refiero a creencias del tipo:
• Todos los hombres son buenos en el manejo de instrumentos tecnológicos.
• Todas las personas menores de 25 años son impulsivas.
• Todos los latinos son machistas.
• Los hombres son más “racionales” y las mujeres son más “emocionales”.
• Ningún joven quiere establecer relaciones de largo plazo con las empresas.
• Ningún ejecutivo mayor de 50 años aprende cosas nuevas.
• Todas las personas que hablan en un tono bajo son débiles.
Y pare de contar…
Si te lo propones, puedes marcar la diferenciar e influenciar de manera positiva en tu entorno, poniéndote en los zapatos del otro, es decir con empatía. Lo otro es privilegiar el trato directo y personalizado, reconocer las particularidades más allá de encasillar a una persona por pertenecer a una generación específica. Esta mirada te hará moverte de manera inteligente en la diversidad.
Dicho esto, también es cierto que pertenecer a una generación permite encontrar similitudes de atributos sociales, políticos y psicológicos en los seres humanos nacidos en tiempos cercanos, así como realizar procesos de investigación de mercado, comercialización de bienes y servicios, y planeación educativa, entre otros procesos claves de los sectores público y privado.
Tips para relacionarte mejor
Visualiza, por ejemplo, a una persona de más de 70 años. Seguramente será ahorrativa, con un gran sentido de la ética y un alto respeto por la autoridad. También preferirá leer el periódico en físico, escuchar radio o ver televisión antes que comunicarse por las redes sociales. Para comunicarte mejor, con este digno representante de la llamada generación silenciosa, debes respetar sus costumbres, la jerarquía y optar por medios tradicionales, demostrándole que valoras su estilo y su trabajo, si es el caso.
¿Y si trabajas con alguien de 64 años o más qué aspectos deberías considerar? En este segmento están los baby boomers, interesados en la estabilidad y seguridad laboral; son competitivos, workaholic y más inclinados la comunicación presencial. Pueden percibir a los millennials como retadores, inconformistas e irrespetuosos de la autoridad. Conecta con esa persona, respetando su sabiduría y su conocimiento, así como su forma de hacer las cosas. Muéstrale lealtad y cuando haya un conflicto, conversa cara a cara, en vez de enviarle un correo electrónico.
Si bien no se sienten amenazados por el relevo generacional, suelen calificar a los millennials como retadores, inconformistas e irrespetuosos de la autoridad.
Si tu líder tiene entre 42 y 57 años, entonces pertenece a la generación X. Ellos fueron protagonistas de la consolidación de la mujer en el mercado laboral; suelen preocuparse más por el sentido del trabajo y buscan el equilibrio entre lo familia y lo laboral. Tienden a ser autosuficientes y a mostrarse abiertos a diversas formas de pensar. Si bien no son nativos de la tecnología, se adaptan muy bien a ella.
Una buena comunicación con esta generación, pasa por motivarlos a enseñar y a compartir su conocimiento. Es muy importante que no retes sus valores y costumbres, seas puntual y cumplas tu palabra. No es aconsejable tomar decisiones, sin informarle lo que vas a hacer. Y si trabaja con horarios excesivos, entiende que es parte de su ADN.
Si, por el contrario, tu colaborador tiene entre 29 y 41 años es un millenials. Sin duda, nativo digital, amante de la flexibilidad laboral. Ellos buscan trabajar de manera inteligente en vez de arduamente. También solicitan feedback de manera frecuente a sus jefes.
Te sugiero que no lo juzgues, pues las convenciones sociales como el matrimonio no son lo suyo. Viven de acuerdo con sus prioridades y con lo que consideran mejor para sus vidas. Ésta es una generación altamente interesada en el pleno reconocimiento de los derechos de todos y todas, por lo que sus miembros rechazan cualquier tipo de discriminación. Por eso, ten una mente abierta y no hagas chistes racistas o sexistas. El impacto que su trabajo genera en la sociedad es el portaaviones para invitarlos a gestionar proyectos y aportar ideas. Y si quieres conectar aún más con ellos, háblales de espiritualidad en vez de religión.
Finalmente están los centennials la generación más joven en la fuerza de trabajo actual. Tienen entre 17 y 28 años y, como es de esperar, dependen completamente de la tecnología. Se caracterizan por ser creativos, flexibles y por tener un alto nivel de autoconfianza, se preocupan por la estabilidad laboral, son multitasking y muy distraídos. Con ellos funciona muy bien la rapidez en la toma de decisiones, entender que sus horarios de trabajo pueden ser poco convencionales –en la madrugada o en la noche- e invitarlos a ser parte de proyectos colectivos donde puedan hacer gala de su ingenio e innovación. Su gran conocimiento tecnológico, los convierte en referentes cuando se trata de buscar mejoras en temas de mercado como posicionamiento de marca o TIC, mayor eficiencia en comunicaciones o reuniones a través de canales de digitales.
El tema es fascinante y es solo un abreboca para entender la diversidad generacional. Si tienes hijos y tu propósito es mejorar la relación con personas de edades distintas a la tuya, empieza por ellos; serán la mejor escuela para tener una actitud más abierta con quienes tienen una forma diferente de ver la vida.
Puedes seguir ensayando con tus familiares, vecinos, amigos, compañeros de trabajo y líderes organizacionales. Cada uno, tiene sus particularidades propias y también una mayor o menor cercanía temporal a ti.
Los conflictos permanentes, desacuerdos y malentendidos, nos retan a entender que el mundo es heterogéneo, y si no lo aceptamos y gestionamos, no lograremos fluir con ligereza en nuestras relaciones sociales. En la medida en que existan más acuerdos y menos prejuicios en una sociedad, habrá una mayor inclusión social y, por ende, más puntos de vista presentes en las decisiones que tienen impacto en lo colectivo.
¿Qué tal si aprendiéramos a ver la vida y las personas tal como se nos presentan a nosotros, y no con los velos que les ponemos al frente?